Respeto y Sabiduría

Cada vez tiene mayor auge en nuestra cultura occidental, los cuerpos esculturales,  las medidas que para nosotros tienen una representación mental de “perfectas”, se hace mayor eco y se rinde tributo a la belleza de las personas, en especial a postergar la belleza de la “juventud”, estos son imaginarios que construimos en nuestro “yo”, ese yo, que se erige a partir de la interacción cara a cara y de la estructura social, que trae consigo una competencia, un miedo a la soledad, un reconocimiento social un verme a través del Otro.  Aunque es importante el deporte, los cuerpos tonificados y una alimentación saludable, se deben utilizar como un sinónimo del deber “hacer y ser” de una persona para tener una vida saludable y una vejez con calidad, términos que no los debemos convertir en un cliché social, o buscar estereotipos a toda costa e incluso poniendo la vida en riesgo a través de cirugías, fármacos,  infiltraciones, todo esto por temor a algo llamado “vejez”, que su significado en latín vetus, puede traducirse como “viejo”, tenemos el esquema mental de que viejo es algo “arrumado”, “inservible”, “obsoleto”, expresiones peyorativas que “cosifican” al ser  humano, aprendimos a ver desde el temor  las canas, las arrugas, las ojeras, la pérdida del tono muscular, en fin, lo que consigo traen los años, pero no tenemos en cuenta que los años traen consigo experiencia, principio de realidad, calma, generosidad, serenidad del alma, y lo más anhelado, consciencia, siendo esta la capacidad para percibir su realidad y reconocerse en ella, pero en este mundo globalizado, capitalista donde se vive más en la virtualidad que en la realidad, un mundo donde no se capitaliza la experiencia, ni la sabiduría, ni interesa el discernimiento, sino que buscamos anular todo aquello que inconscientemente no queremos ver pero que es una realidad innegable a todo ser humano  y es envejecer pero debemos aprender a envejecer dignamente y darle un lugar de amor, respeto y consideración a esta población.

Sin embargo, no es una mirada de todo el planeta para fortuna de la humanidad en otras culturas la palabra vejez significa admiración, respeto profundo por la experiencia del otro, maestría de la escuela de la vida, todo es cuestión de percepción, de ese primer conocimiento de una cosa por medio de las impresiones que comunican los sentidos y que enseñan en la primera escuela de la vida, la familia.

Hoy, tendremos en la lupa a dos hermanos países, cada uno maravilloso de los cuales tenemos la obligación de aprender, debemos permitir permear nuestra sociedad de unas miradas humanizadas y esperanzadoras en nuestra Sociedad países como China y Japón son dos de las culturas donde más se respeta y se venera a las personas mayores.

Japón, celebra el Keirō No Hi (Día del Respeto a los Ancianos), una festividad muy importante en la que participa activamente la familia. Los niños y niñas aprenden a valorar la experiencia y la sabiduría de sus mayores.

En China, también existe un profundo respeto y veneración por los ancianos. Aunque esta visión se halla en lo más profundo del pensamiento chino, el gobierno promulga leyes que obligan al cuidado de las personas mayores.  El cuidado de las personas mayores es considerado un honor y lo ven como una oportunidad para crecimiento espiritual individual y colectivo, son compasivos pues tienen una comprensión del cuidado y amor que ellos nos han entregado a través de su vida.

Así que haciendo alusión a la frase de Paul Preston “Quién no conoce su historia está condenado a repetir sus errores”, pues debemos resignificar en nuestro lenguaje y en nuestra psiquis que las personas de edad avanzada traen consigo una belleza tan grande y significante, no solo por la belleza de un cuerpo que nos muestra los aprendizajes y el devenir de la vida, sino por los aprendizajes en su conocimiento y sabiduría, así que nuestra obligación es conocer la historia para no repetir la indignación de maltratar y ultrajar a quienes solo debemos gratitud y respeto y debemos aprender a poner a nuestras personas mayores en un lugar de dignidad y admiración profunda.

“DEDICADO A MIS ANTEPASADOS, A MIS ABUELOS Y ABUELAS, EN ESPECIAL AL ÚNICO ABUELO QUE CONOCÍ Y CON QUIEN COMPARTÍ MI ABUELO JOSÉ ISIDRO, A MI PADRE HERNANDO Y A MI AMADA MADRE BEATRIZ, A DOÑA JULIA, A MIS TÍOS Y TÍAS» A QUIENES AMO CON MI ALMA Y MI CORAZÓN Y DE QUIENES HE APRENDIDO PROFUNDAMENTE.

abuelo-y-nieta.

 

 

 

 

 

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