Cada niña debe encontrar las prácticas de higiene menstrual que más se adapten a sus preferencias, siempre y cuando sean adecuadas y seguras. Estas deben garantizar su salud, pero sin limitar su vida cotidiana. La regla no es ninguna enfermedad, sino un proceso totalmente natural que representa un buen estado de salud y un desarrollo físico adecuado. Por ello, no debe impedir nunca el transcurso normal de la vida diaria. Básicamente, una buena higiene íntima implica un aseo personal frecuente y el uso de productos y artículos que no dañen la salud.
- Lávate pero no de forma excesiva: Normalmente, la ducha diaria es suficiente para mantener tu cuerpo limpio y evitar malos olores. Sin embargo, durante los días de la regla es preciso ser un poco más cuidadosas con la higiene. Aumenta la frecuencia a dos veces al día.
- Utiliza agua tibia y jabón neutro: Evita el uso de jabones y lociones que no sean específicos para la zona íntima, ya que estos pueden irritar tu piel, destruir la zona vaginal y, por tanto, propiciar alguna infección. Los jabones perfumados también deben evitarse, ya que pueden causar irritaciones y dermatitis en la zona.
- Cambia tu protector menstrual constantemente: Cuando estés con la menstruación, no retrases el momento de cambiar el tampón o la toalla higiénica demasiado tiempo. Aunque la sangre que fluye al exterior es limpia, es necesario cambiarse varias veces al día. Lo recomendable es que te cambies cada 4 o 6 horas, en función del volumen de tu flujo. Si tu sangrado es abundante, tendrás que cambiarte más a menudo.
