Gatear es una habilidad que casi todos los pequeños consiguen. Decimos casi todos los pequeños porque hay bebés que pasan directamente de la posición de sentado a la de pie y de ahí a caminar. Aunque estos casos son menores y no suele ser la norma. Lo habitual es que los pequeños comiencen a gatear, aunque si ves que a tu hijo le cuesta un poco, entonces lo ideal es que le ayudes a hacerlo.
Cada niño es único por lo que unos comienzan a gatear antes que otros, y como hemos dicho en el párrafo anterior, también los hay que no gatean nunca y no pasa nada mientras tengan un buen desarrollo físico. Lo habitual es que a partir de entre los 6 y los 10 meses los bebés comiencen a ponerse boca abajo y tener fuerza en sus músculos para empezar a gatear cuando menos te lo esperes. Hay bebés que gatean sobre su trasero, otros sobre su vientre, otros de lado, otros se empujan con las piernas. ¡hay muchas formas de gatear y si no hay un problema físico son todas correctas! A continuación te vamos a dar algunas orientaciones para que ayudes a tu bebé a gatear, ¡y empezará justo cuando se sienta preparado!
Ponlo cada día boca abajo un rato.
Lo más importante que puedes hacer para ayudar a tu hijo a gatear es dejarle boca abajo un ratito cada día. De esta manera, hará fuerza con su cuello y poco a poco ganará la fuerza suficiente para poder gatear ya que sus músculos estarán comenzando a desarrollarse correctamente. Los músculos del cuello, de las piernas, de la espalda y de sus brazos comenzarán a tener la fuerza necesaria. Ponle en un lugar seguro que no pueda caerse si comienza a rodar y siempre bajo la supervisión de un adulto responsable.
Jugar con las manos en alto.
Otra forma de ayudar a fortalecer los músculos del bebé es hacer que juegue con las manos en alto. Para ello, pon sus manos sobre una almohada o encima de un animal de peluche durante un tiempo mientras está boca abajo pero sin que sea demasiado rato para no hacerle daño, debe resultar fácil para él. Para que sea más divertido puedes animarle a poner sus manos sobre objetos elevados como juguetes mientras está sentado. Tendrás que estar muy atento/a para evitar que tu bebé se caiga hacia atrás.
Levanta a tu bebé del suelo
Ayuda a tu pequeño a entrenar las piernas haciéndole suavemente movimientos de bicicleta, pero solo un ratico para que no lo lastimes o fatigues. Puedes levantarle por los brazos o las axilas poquito a poco, pero sin que sus pies se despeguen del suelo. Así tu bebé tendrá la oportunidad de practicar el movimiento de caminar fortaleciendo así sus piernas.
Pon a tu bebé frente a un espejo
A los bebés les encanta mirarse al espejo por su curiosidad innata. Además que pasar momentos frente al espejo es muy divertido, ¡puede acabar en grandes carcajadas! Esto le ayudará a investigar su reflejo y permitirá que casi sin darse cuenta se sostenga y se estire hacia el espejo practicando movimientos de equilibrio y apoyo.
