Otra alteración a nivel del neurodesarrollo es el autismo de amplio espectro que abarca casos de diferentes grados asociados con factores genéticos y del medio ambiente, cuya manifestación es variable, se identifica en etapas tempranas -18 meses y se consolida a los 36 meses de edad- estará presente durante todo el curso de vida, afectando específicamente la comunicación e interacción social, como la conducta, con presencia de comportamientos e intereses repetitivos y restringidos, la evaluación debe ser multidisciplinaria, es importante detectarla de forma temprana en el niño con el fin de mejorar la comunicación social. Esta muestra gran heterogeneidad que varía desde modificaciones leves de la personalidad hasta discapacidad grave. (Lara, 2012) el autor hace referencia que este término aparece por primera vez en la monografía Dementia Praecox oder Gruppe der Schizophrenien redactada por Eugene Bleuler (1857 – 1939) para el Tratado de Psiquiatría dirigido por Gustav Aschaffenburg (1866-1944) y publicado en Viena en 1911. Leo Kanner, psiquiatra en 1943 publicó en Nervous Child el clásico artículo Autistic disturbances of affective contact, adoptando el término autismo. (Roberto Chaskel & Maria Fernanda Bonilla) refieren que el autismo deriva del griego autt(o), que significa que actúa sobre uno mismo y el sufijo -ismo, que significa proceso patológico. Hasta el momento no existe ningún tratamiento curativo para el autismo. (A. Hervás Zuñiga, 2017) La prevalencia de TEA es mayor en chicos de 23,6 por 1.000 que en chicas 5,3 por 1.000 en población de EE. UU de 8 años. El diagnóstico del TEA es eminentemente clínico, no se conoce la causa del trastorno. De acuerdo con (Claudia Talero-Gutiérrez, 2016) los sujetos que padecen este trastorno tienden a aislarse, esto debido a la dificultad de relacionarse en un ambiente social y presentan manifestaciones clínicas como alteraciones en el desarrollo y organización del lenguaje, acciones repetitivas y cambio de criterio mental o flexibilidad cognitiva.
(Psiquiatría, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 2014) la última versión del manual DSM-5 dejó plasmados todos los subtipos del autismo en una sola categoría: Trastornos del espectro autista reemplaza el término Trastornos generalizados del desarrollo.
- Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no exhaustivos):
- Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional varían, por ejemplo, desde un acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos sentidos pasando por la disminución en intereses, emociones o afectos compartidos hasta el fracaso e iniciar o responder a interacciones sociales.
- Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social varían, por ejemplo, desde una comunicación verbal y no verbal poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de expresión facial y de comunicación no verbal.
- Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento en diversos contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.
Especificar la gravedad actual:
La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamientos restringidos y repetitivos (véase la Tabla 2).
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no exhaustivos).
- Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
- Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p.ej., gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las transiciones, patrones de pensamientos rígidos, rituales de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos alimentos cada día).
- Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
- Hiper o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento).
Especificar la gravedad actual:
La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
- Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social supera las capacidades limitadas, o pueden estar enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida).
- Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
- Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) o por retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro del autismo con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de comorbilidades de un trastorno del espectro del autismo y la discapacidad intelectual, la comunicación social ha de estar por debajo de los previsto para el nivel general de desarrollo.

Bibliografía
A. Hervás Zuñiga, N. B. (2017). Los trastornos del espectro autista (TEA). Pedriatría Integral.
Claudia Talero-Gutiérrez, C. M.-V.-M. (2016). Trastorno del espectro autista y función ejecutiva. Acta Neurológica Colombiana, (págs. 246 -252). Bogotá D.C.
Lara, J. G. (2012). El autismo. Historia y Clasificaciones. México.
Psiquiatría, A. A. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Psiquiatría, A. A. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5a). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Roberto Chaskel, M., & Maria Fernanda Bonilla, M. (s.f.). Trastorno del espectro autista. CCAP, Volumen 15 número 1 pág 19-29.